Hace unos días vi que en Steam hay un juego mu bonito y mu barato. Estaba en oferta por menos de dos euros, aunque habría pagado bien a gusto los siete que cuesta. Gunpoint era su nombre y bueno, con todo el dinero que gano trabajando aquí y lo que me dan de la subvención me lo pude comprar. Me lo pasé esa misma tarde, en apenas dos horas, y fue tan genial que creo que merece la pena hacerle un análisis.
El juego comienza con nuestro protagonista cayendo desde un quinto piso, mostrándonos que no te haces daño al caer, de una manera bastante original, e introduciéndonos en su historia. La historia es la típica sobre un detective privado, pero el giro está en que dependiendo de a quien quieras creer tendrás una perspectiva totalmente distinta. No está traducido al castellano, así que si no tienes buen nivel de ingles puede que no te enteres de nada.
Además Tom Francis, su creador, tiene un gran sentido del humor, y no le cuesta nada demostrar lo ingenioso que puede llegar a ser, metiendo gags en cualquier lado. A mí al menos me arrancó más de una carcajada.
La jugabilidad me ha parecido perfecta, las misiones suelen tratar en entrar en un edificio, coger algo, y salir. Y lo puedes hacer de infinitas maneras diferentes. Hay nueve habilidades/gadgets que puedes adquirir, y son muy distintas entre sí, os dejo una foto:
Si os habéis fijado hay tres en las que pone “rewire” y seguro estaréis pensando “¿Qué deponios significa eso?” Pues tranquis, que yo os lo explico. El juego también tiene un sistema de hackeos, pero bien hecho (ejem, guachdogs, ejem) , este sistema consiste en darle a un botón en tu teclado y ¡pam! activas el modo Crosslink.
Desde aquí puedes cablear los distintos dispositivos que haya en el edificio, haciendo así que un botón de un ascensor acabe sirviendo para abrir una puerta en el piso de arriba, o para apagar las luces si te apetece. Todo esto haciéndolo super rejugable.
Los gráficos son bastante bonitos, una vista general del sitio en el que tienes que entrar, con un estilo bastante guay, porque aunque sea pixelado tiene un montonazo de detalles, que seguramente pasarás por alto, ya que en lo que te tienes que fijar es en tu objetivo, los enemigos, y los objetos con los que puedes interactuar.
Hay cuatro tipos de enemigos diferentes, parece un número pequeño, pero debido a la escasa duración del título en ningún momento se te hacen repetitivos. Por lo general lo mejor es intentar pasar desapercibido, porque, al fin y al cabo, es un juego de sigilo (duh).
La música es maravillosa, reconocible al instante, ya que le sienta como un guante al juego y consigue que te metas de lleno en su atmósfera, son temas relajaditos (aunque incluyen su versión crosslink, que es un poquito más marchosa), si queréis echarlos un oído o comprar el álbum entero, os dejo aquí su bandcamp.
Creo que lo único que se podría poner como algo negativo, aparte de que no está traducido al castellano, es algo que ya he dicho, que la campaña apenas llega a las dos horas (aunque a mi me parece perfecto), pero gracias a la suprema rejugabilidad que tiene, y que posee Steam Workshop, le echarás bastantes horas.
En resumen, si te gustan los juegos de sigilo.. ¿¡CÓMO ES QUE NO LO TIENES!?
Y enapúrpura también.
-QDP!