El anuncio de un nuevo Mario Strikers fue una sorpresa que recibí de manera inmejorable. Puedo decir que, si me tuviera que quedar con tres juegos de la Wii, Mario Strikers: Charged Football sería uno de ellos sin ninguna duda. Era normal que las expectativas estuviesen altas en mi caso y, tras dedicarle un par de decenas de horas tanto al modo un jugador como al online, creo que puedo decir que me dejó a medias. Soy consciente de que las comparaciones son odiosas y que el juego que jugué de niño tenía un enfoque completamente distinto a este. Sin embargo, creo que hay ciertas decisiones que han hecho que la experiencia global sea mucho menos interesante.
Lo primero que me gustaría abordar, y lo más importante desde mi punto de vista, es la formación de equipos. Battle League Football cuenta con una estructura de equipos que no diferencia entre capitanes y esbirros, una decisión que no veía tan perjudicial, pero que, tras echar muchas partidas, encuentro problemática. Entiendo que esto se hace con el objetivo de crear una estructura multijugador como la planteada, en la que todos los jugadores de un equipo jueguen con un personaje capaz de realizar el cien por cien de movimientos del juego, cosa que con la estructura anterior no sería posible. Sin embargo, considero que se ha sacrificado uno de los elementos más interesantes a nivel jugable: la variedad de estrategias y composiciones que permitía el sistema de su precuela. De hecho, el juego se equilibraba mucho de esta manera, porque había un solo personaje capaz de lanzar hipertrallazos (tiros especiales que deben ser parados de formas no tan ortodoxas y que pueden llegar a significar encajar varios goles). En Battle League Football todos los personajes en el campo pueden realizar este tipo de lanzamientos, lo que los convierte en algo mucho más común, menos espectacular y más manido. Si a esto sumamos que la manera de pararlos depende del azar, o que incluso pueden ser imparables, los encuentros se acaban pareciendo más a una tirada de dados que a un partido de fútbol. Con esto, el concepto de capitán se diluye en favor de personajes que utilizar en un equipo online, que es su fin último. Y no he hablado de la falta de personajes, el clavo en el ataúd. Estamos obligados a no repetir personajes en las composiciones y contamos solamente con diez, lo que reduce mucho las posibilidades y variedad de cada partido.
Continuando con fallos, hablemos de la posición de la cámara. Es irónico, pero parece que a Battle League Football se le olvidó que lo más importante en un partido de fútbol es la posición de la pelota y, en un videojuego, la visibilidad de la misma lo es aún más. Pensaba que sería cosa mía, pero, jugando con algún amiguete, alguna vez escuché un ¿Dónde está la bola? Creo que esto ocurre porque la cámara está demasiado cerca del campo y, en disputas en las que la pelota se eleva en exceso, simplemente la perdemos de vista y el indicador implementado no siempre cumple su función. Hablando del indicador, no me puedo sacar de la cabeza que, si lo introdujeron, es porque eran conscientes de este problema; por lo que, en lo que a mí respecta, es una forma rápida de parchear un fallo de diseño gigantesco. Creo que con alejar un poco la cámara e iluminar más el esférico, se habría solucionado. Cualquier otro elemento visual o jugable que distorsione o dificulte la visión de la pelota debería ser suprimido o, como poco, se le debería restar importancia a nivel visual, jugando con opacidades, saturaciones o contrastes diferentes.
Dado el contexto e intención del juego, la implementación de un sistema de atuendos que mejoran las estadísticas de cada jugador me parece un total acierto, aporta relativa frescura y personalización a los personajes y, dada la poca variedad en ellos, se agradece que al menos podamos diferenciarlos de alguna manera. El modo multijugador de clubes cuenta con la personalidad y variedad que le quitaron a los torneos y al modo offline (los cuales se reducen a algo anecdótico) delatando aún más las prioridades de Battle League Football. Algo que sí se le debe reconocer a los modos un jugador es la cantidad permitida de jugadores en modo local.
Como veis, la última entrega de la saga Mario Strikers no está exenta de fallos. Es presumible que los problemas relacionados a la falta de contenido se solucionen con el tiempo mediante actualizaciones gratuitas ya confirmadas. Creo que los cambios realizados a la jugabilidad son entendibles, mas no preferibles. En mi caso, no sé si sea un problema de expectativas o que simplemente Battle League Football es inferior a su predecesor. Sin embargo, os tengo una buena noticia: el juego, a pesar de lo dicho anteriormente, sigue siendo muy divertido y una de las mejores opciones para estar una tarde con colegas echando partidos. Es intuitivo, satisfactorio, fácil de aprender a jugar y difícil de dominar, todos somos bienvenidos a esta muy loca experiencia futbolera que, dicho sea de paso y, para no desmerecerla, es el videojuego de fútbol más entretenido que nos podemos echar a la cara. Su desparpajo, su simpleza y su falta de complejos lo hacen jugar en una liga completamente diferente.