Desde hace un tiempo se viene diciendo que los discos de vinilo vuelven a estar de moda, son cada vez más una alternativa a las escuchas digitales y que a día de hoy puedes hacerte con una buena colección de discos por un precio más o menos razonable. Según la Industria Fonográfica Británica (BPI), las ventas de discos de vinilo en 2021 fueron las más altas de los últimos 30 años, a pesar de los problemas de retrasos y demoras que ha experimentado el sector. De acuerdo con las cifras recogidas por NME, este año se han vendido más de cinco millones de discos de vinilo —que representan el 23% de todos los álbumes vendidos este año—, lo que supone un aumento del 8% respecto a 2020.
Geoff Taylor, director ejecutivo de la BPI, los Brit Awards y el Mercury Prize, ha valorado este auge del vinilo: “Es un gran momento para ser un fan de la música, con una oferta más amplia que nunca y con una gran relación calidad-precio”.
“Gracias a la inversión de los sellos discográficos en la nueva música y el talento, los fans pueden comprar y coleccionar la música que más les gusta en vinilo, CD e incluso en casete, al tiempo que disfrutan del acceso a más de 70 millones de canciones para escucharlas en streaming de forma instantánea, cuando y con la frecuencia que deseen, lo que a su vez permite a una nueva generación de artistas crear música y mantener carreras de éxito en un mercado global”.
En 2020 las ventas de vinilos superaron a las de CD por primera vez desde la década de 1980. Según la Asociación de la Industria Discográfica de América (RIAA), el vinilo ha contribuido con la cifra de 232 millones de dólares —205 millones de euros— a las ventas físicas totales de 376 millones de dólares —332 millones de euros— en el primer semestre de 2020.
En los últimos 15 años, con el auge de las plataformas digitales, la piratería y el consumo ilegal por parte de la gran mayoría de los usuarios pasa casi a un plano anecdótico. Las grandes plataformas de música bajo demanda han conseguido ganarle la batalla a la piratería casi por completo. Pero no todo es bueno en el resultado final.
Aunque ahora mismo disfrutemos de Tidal, Spotify, Youtube y demás plataformas digitales, no significa que tengamos toda la música del mundo mundial en sus bibliotecas. Podríamos decir, incluso, que están bastante justas de publicaciones pese a tener millones de millones de canciones en formato digital.
Esto pasa con la digitalización de algunas cosas y el auge y monopolio de algunas plataformas. Tenemos bastante material fácil de acceder, con una suscripción más o menos asequible, pero no está todo el contenido del mundo. Alguna vez hemos ido a buscar esa canción de los 60, o ese artista emergente, y no encontramos en nuestra plataforma ni rastro. Lo que nos obliga a ir a buscar en otras plataformas, con el impedimento de que no podemos tenerlos en nuestras PlayList favoritas en la plataforma que ya estamos pagando.
Este es uno de los motivos por los que los discos, en general, están triunfando cada vez más: las nuevas generaciones quieren sentir la propiedad de lo que consumen, y esto se transforma en el regreso del formato físico pero no el CD. Eso es cosas de los boomer, a las nuevas generaciones les gusta lo retro al igual que los pantalones de campana.
Supongamos por un momento que te gusta mucho, pero que mucho, Sayonara Wild Hearts y tienes en tus favoritos de supongamos Spotify, el disco para escucharlo una y otra vez. La banda sonora, firmada por Dainel Olsen y Jonathan Eng en su mayoría, tiene actualmente 26 canciones en la plataforma digital. Esto son exactamente 6 menos que su edición en vinilo que ha publicado Simogo y Annapurna Interactive. Y qué podemos decir del acabado que tienen estás ediciones: son espectaculares. Y es que gracias a editoras como im8bit o MateriaStore la edición de las bandas sonoras del mundo del videojuego produce auténticas joyas, aunque puede que no aptas para todos los bolsillos.
Son varios los motivos por los que adquirir un vinilo en pleno 2024, ya sea por coleccionismo, melomanía o por que son ediciones muy cuidadas. También porque normalmente, con un equipo más o menos bueno, la calidad de uno de estos discos es un poco mejor que en las plataformas digitales. O simplemente porque no encuentras ese álbum en ninguna plataforma y bajarlo pirata cada vez es más difícil. Si aún estás con la duda nosotros te dejamos una recopilación de los mejores discos en el formato de moda con las bandas sonoras de videojuego. Una pequeña lista para que te inicies en el bonito mundo de los discos polifónicos.
The Last of Us Parte 2
Cuando oímos alguno de los acordes de Gustavo Santaolalla rápidamente identificamos al juego al que pertenecen: The Last of Us y su secuela, The Last of Us 2. Y es que este título destaca por un cuidadísimo apartado estético, una genial trama o algunos de los mejores escenarios postapocalípticos que han dado los videojuegos y, también, por su banda sonora. El compositor argentino, ganador dos veces del Premio Óscar que entrega la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood, nos propone una tracklist que no solo acompaña al juego si no que ayuda a conformar el mundo que nos rodea en el juego de Naughty Dog.
Ghost Of Tsushima
Los amantes de la cultura japonesa en general, y de los samurái en particular, encontrarán en Ghost of Tsushima un excelente entretenimiento. Meto este disco no tanto porque la banda sonora de Ilan Eshkeri y Shigeru Umebayashi sea buena, que —maldita sea— lo es y mucho, sino porque es el claro ejemplo de una edición física de un disco que aporta algo más que las canciones. Un volumen compuesto por tres vinilos con unas geniales ilustraciones y unos artworks que claramente dan valor añadido a la edición física del disco.
Street Fighter III: The Collection
Para conmemorar una de las sagas de lucha más exitosas de la historia, Street Fighter, tenemos este vinilo con un genial diseño que sin duda hará las delicias de sus millones de seguidores. Su autor, Hideki Okugawa, es posiblemente de los compositores japoneses de mayor éxito dentro del mundo de los videojuegos. En este disco puedes encontrar verdaderos melocotones que son ya parte de la historia de la industria.
Death Stranding
Kojima San no solo nos deja un juego increíble del que se hablarán durante varios años, sino que, además, su selección de canciones para la BSO también es bastante compleja y algo difícil de abordar, ya que no son las típicas canciones de un compositor. En su lugar Kojima San se ha buscado varios grupos —incluido uno que ni sabia que saldría en el juego— para poner lo que sería su tracklist personal dentro del mismo. La música tiene un peso narrativo en el título y por eso viene en una edición en vinilo tan cuidada. Artistas como Major Lazer, Bring Me The Horizon o Chvrches aparecen en esta edición con especial atención a Low Roar, grupo protagonista del tracklist del bueno de Hideo. Este disco es interesante porque funciona bien como cualquier otro recopilatorio. Además, de manera independiente, va perfecto porque las canciones sustentan al propio disco.
God of War
Sony sabe lo que tiene entre manos con las bandas sonoras y sabe perfectamente que son un reclamo para su sello discográfico. Desde que el formato polifónico está de moda aprovecha todo lo que puede para potenciar su sello e intenta dar calidad a todo lo que tiene que ver con él. La banda sonora de una de sus mejores IP no podía faltar y el trabajo de Bear McCreary es genial. Mezcla perfecta de ambientes entre el nórdico más tradicional, con toques modernos, del videojuego hacen que esta sea una de las mejores compras en vinilo que puedas tener. Sobre todo si te mola este tipo de música.
Cuphead
En el terreno de los juegos indie encontramos auténticas joyas, y sin duda Cuphead es una de ellas. Con una estética vintage tremendamente marcada, se trata de uno de los juegos favoritos de los jugadores más nostálgicos. Kristofer Maddigan ha sido el responsable de poner música a cada uno de los diferentes niveles y zonas del juego con unos temas que son una auténtica delicia para los oídos.
Demon’s Souls
¿Qué habría sido de la franquicia Dark Souls sin Demon ‘s Soul? Este último es uno de esos títulos que nunca pasarán de moda por ser el pionero de una saga de videojuegos considerada, por muchos, como una auténtica obra maestra. Además de ser recordado por llevar nuestra paciencia a un nuevo nivel, claro. Su banda sonora, a cargo de Shusuke Kida, se presenta en una edición espectacular y es todo un añadido si estás plantearse su compra. Podemos decir, sin miedo, que es una de las edición más bonitas de toda esta lista.
No Man’s Sky (65daysofstatic)
Aquí pasamos un poco a la excelencia y como comprar un buen disco, ya no solo por que sea una banda sonora, sino por que funciona bien como álbum completamente aparte de su juego. La banda sonora de No Man’s Sky ha sido compuesta por la banda de origen británico 65daysofstatic, conocida por mezclar rock, dance y electrónica para generar sonidos experimentales y muy atractivos. Antes de crear el soundtrack de No Man’s Sky, ya habían trabajado una vez componiendo un álbum de banda sonora alternativa para la película de ciencia ficción de 1972, Silent Running. La banda ya tenía experiencia con sonidos que van muy bien con ambientes de ciencia ficción.
BioShock
Recogida bajo el título de “‘I Am Rapture, Rapture Is Me” la banda sonora de Garry Schyman para el primer BioShock tomaba en esta edición ese inevitable aroma retro que impregna a la propia aventura de 2K. En su momento se puso a la venta junto a la edición coleccionista de BioShock 2, así que conseguirla ahora puede ser algo complicado. Es un disco tan raro que incluso poner una imagen decente que acompañe al articulo ya es difícil.
Fez (Disasterpeace)
Ofrecido como una edición limitada, que naturalmente voló de las tiendas, este doble vinilo que da forma física a los temas de Disasterpeace para Fez queda ya relegado a una posible compra de segunda mano, si es que estáis dispuestos a pagar lo que os quieran pedir por él. Richard Vreeland, más conocido por su nombre artístico Disasterpeace, es un músico y compositor estadounidense y posiblemente sea uno de los compositores más aclamados de la industria. Con Fez su popularidad tocó cotas desconocidas, incluso llegando a convertirse en un compositor de moda en algunos departamentos comerciales de Hollywood.
Journey
Journey tiene un punto gafapasta, para qué negar la evidencia, así que a esta obra le sienta como anillo al dedo venir acompañada de un vinilo que recoja su excelente banda sonora, firmada por Austin Wintory. Llegamos al final de esta lista con una de las bandas sonoras que más sentido tiene pillar en formato físico, y es que este álbum es para escucharlo de manera distendida: sentado en nuestro sofá con una buena bebida caliente, solo o en compañía. Como se escuchaban antes los discos de música.
Esto es todo, por el momento, a modo de introducción del mundo de los discos en vinilo en los videojuegos. Obviamente solo es rascar la superficie de un mundo mucho más amplio de lo que puede mostrarse en un artículo. Seguramente publicaré una nueva entrega con otros títulos que se me han quedado en el tintero, y aprovecharé para hablar de las mejores tiendas donde poder conseguirlos, las diferentes editoriales que funcionan a día de hoy y qué necesitas para que se escuchen medianamente bien, por muy poco dinero. Antes de marchar, si piensas entrar en este mundo, una recomendación importante:
Bajo ninguna circunstancia te compres un Crosley, los Crosley son el MAL en la tierra.