Artículo

¿Por qué me sigo dedicando a esto?

Reflexiones de alguien que escribe sobre videojuegos

“De esto no se puede vivir” decía Bruno Sol en un tweet de tantos donde a veces deja caer la fría realidad sobre lo que es dedicarse a esto de escribir y hablar sobre videojuegos. Y razón no le falta. Ni a él, ni a los cientos de profesionales del medio que llevan años dedicándose a esto en mayor o menor medida. Gente que ya solo por querer dedicar parte de su tiempo a esto, merecen mi mas sincero respeto y admiración (salvo algunos casos que mejor no entrar en ellos). Un grupo de amigos y yo decidimos que también podíamos aportar nuestro granito de arena al medio, después de que por una cosa u otra, proyectos previos que tenían cada uno por su parte fallasen, y porque nos unía la afición de charlar en todo momento sobre videojuegos y lo que les rodea. Y de eso hace ya varios años. Un tiempo en el personas han ido y venido, en el que algunos han querido dedicar su tiempo a otra cosa, y en el que otros si bien aun siguen por aquí, lo hacen en menor medida que antes. Pero no hablaré de ninguno de ellos, porque quiero hablar de mi.

Los videojuegos son mi vida y mi pasión, y es algo que el que me conoce un mínimo sabe muy bien. Incluso en su momento, hace muchísimos años ya, fueron una vía de escape y una salvación para una época dura en la que me veía solo y apartado de todo. También fueron el puente para conocer a grandes personas y amistades que aun día siguen a mi lado y que realmente creo que sin ellos no soy nada. Y siempre pensé que igual les debía un poco a ellos por todo lo que me habían dado, directa o indirectamente.

A mediados de los años 2000 llegue a iniciar el proceso de abrir mi propia tienda de videojuegos. Me pase meses con papeleos, charlas, entrevistas en organismos públicos, bancos, etc. Y si no hubiese sido porque me falló un aval a ultima hora, quizá lo hubiese logrado. En realidad hoy día lo agradezco, al haberme librado de deudas y problemas, y servirme ese momento para descubrir mi otra gran pasión: la cocina. Pero eso es otra historia. Mientras, yo seguía con la idea de que tenia que hacer algo relacionado con los videojuegos, y tuve muchas intentonas a diferentes niveles relacionado con ello. La realidad y la vida, simplemente, no acompañaban.

Fue en 2014 que me junté con un grupo de gente que eran mas o menos como yo, solo que mas delgados y mas guapos, y que también intentaban aprovechar su afición por los videojuegos y el ocio electrónico. Sin realmente buscarlo, acabe metido en ese grupo simple y llanamente por todo lo que teníamos en común. Fue el germen de la situación en la que nos encontramos ahora. El decidir sacar adelante esta web y su podcast para simplemente seguir con lo que estábamos haciendo, pero de otra manera. Yo estaba ilusionado con lo que podía ser eso. Pero realmente no tenia ni idea.

Todos nos dividimos unas tareas aprovechando lo mejor que se le daba a cada uno en ese momento, pero al final todos fuimos aprendiendo los unos de los otros. Ya no solo eran charlas sobre videojuegos, o sobre gustos comunes. Ya no era solo un grupito de frikis intentando sacar adelante algo que realmente millones de personas estaban intentando a la vez. Y es que la realidad es la que es. Cada día nacen y mueren una cantidad importante de webs y blogs sobre videojuegos. Pero nosotros estábamos retroalimentándonos los unos a los otros con conocimientos y experiencias. Mi parte era mas la de montar la web, mantener el servidor funcionando bien, y encargarme del aspecto visual y del estilo principal. Escribir era algo secundario. Y realmente lo era para muchos otros. Pero tener todo eso a mi disposición hacia que me animara a escribir noticias, a expresarme en artículos, e incluso a mirar a muchos juegos de manera diferente para poder analizarlos. Es una forma diferente de vivir los videojuegos, y una que llega a ser adictiva, aun cuando a veces piensas que no sacas nada bueno.

Tuvimos un problema general en nuestros inicios debido a gente que nos vio como plagiadores, como intrusos, e incluso como enemigos. Yo solo quería divertirme, compartir mi opinión, y en general intentar estar de buen rollo en general con todo el mundo. Era mi objetivo. Pero en momentos como ese me sentía si realmente estaba haciendo las cosas bien. Si realmente merecía la pena. Y no llevábamos aun ni un año. Varias personas en esos tiempos entraron a colaborar con nosotros, y si bien hice nuevas amistades, hubieron fricciones entre algunos que llegaron a hacerme sentir culpable ya que pensaba que tenia que ver en esa situación. Me dolía incluso que cualquier intento de hacer algo beneficioso para la web, para poder simplemente costear los gastos del servidor, la gente lo viera como una trampa hacia quienes nos leían, pensando que hacíamos esto por ganar dinero y juegos gratis. Y me planteaba mandar todo al carajo, porque sentía que no nos entendían. Que no me entendían.

“La hierba está mal” | ©Nathan Cowley. Pexels

Nunca hemos tenido unas grandes cifras de visitas, y es algo que otras personas nos echaban en cara. Alguien que no nombraré, pero que en su momento era responsable de un medio muy importante en nuestro pais, y con el que coincidí en un evento, me dijo que, aparte de que el diseño de la web era muy feo, el contenido no estaba bien realizado, y que no llegaría a nada. Que mejor era cerrar y abandonar el barco lo antes posible. Y te lo crees. Llegas a creértelo cuando alguien así te pega tal disparo a la linea de flotación. Pero aun así veía gente que leía lo que ofrecíamos, y nos escuchaba en el podcast. Era obvio, porque había gente que quería colaborar con nosotros. Proyectos similares que querían hacer lo mismo que nosotros. Pero muchos no sobrevivieron al paso del tiempo, y llegue a sentirme culpable. Porque nunca quise, ni he querido, ser competencia de nadie. Y es algo que como grupo siempre hemos abanderado y lo hemos llevado como seña a la hora de hacer las cosas. Eso, y que cuando dejase de ser divertido, lo dejaríamos. Y yo al menos he estado en ese borde muchísimas veces.

Los videojuegos como medio ahora mismo están mucho mas vivos que nunca, y están al alcance de todos de una manera u otra, sea como jugadores activos o espectadores pasivos. Y esto ha provocado que en los últimos años se hayan visto grupos y acciones que hacen de este ocio algo de todo menos bonito. El fanatismo desmedido de algunos usuarios que no solo siguen fomentando una guerra de consolas que no tiene razón de ser ni sentido alguno, sino que encima se sienten empoderados para mentir y atacar a aficionados y profesionales por igual, llegando a hacer mella en personas que aunque pasen absolutamente de todo eso, no tienen un aguante infinito. El auge del streaming también ha supuesto un auge de acosadores y gente ruin que no debería tener lugar en nuestra industria, y sin embargo se marchan de rositas la mayoría de las veces aun dejando cadáveres (literales en ocasiones, por desgracia) a sus espaldas. Los extremistas de diferentes bandos criminalizando a todo aquel que no juega o disfruta del medio como ellos quieren o creen que ha de hacerse… Todo eso me ha hecho mas de una vez plantearme si realmente estoy haciendo lo que quería, o que igual, sin quererlo, estoy alimentado todo ello de una manera indirecta y avergonzante. Se que esta realidad no es El Coche Fantástico, y que una persona no puede marcar la diferencia tan fácilmente como Michael Knight. Pero llego a sentirme a veces que, si no puedo ser diferenciante, soy parte de todo ese problema, y que para eso, mejor dejarlo.

Piques malsanos entre grupos, que algún tiempo anterior fueron parte del mismo ente, hace que en todo momento tengas que andar con pies de plomo con que dices o que haces. Te planteas muchas veces que publicar en redes sociales o que hablar con algunas personas porque no solo puedes generar un problema por un malentendido, sino que tener una opinión puede perjudicar no solo a uno, sino a amigos y compañeros. Tener una simple afición o preferencia genera malestar y antipatía, y tener una simple opinión te convierte en objetivo, malhechor, y presa. Llegas al punto de a veces no poder calibrar bien tus prioridades, y dudar que cualquier cosa que hagas sea siquiera positivo o interesante. La gente que te importa, con la que trabajas, con la que compartes, los miras esperando que en algún momento te muestren que hay algo que has hecho fatal, o que no ha sido beneficioso, a pesar de estar todo el día sentado sin hacer nada porque al final, esa es la mejor manera de que no ocurra nada malo.

“Tantos gilipollas, y tan pocas balas” | ©20th Century Fox

Y es cuando me hago la pregunta. ¿Por qué me sigo dedicando a esto? ¿Por que invierto mi tiempo en un mundillo que parece caótico y alberga tanto mal en algunas de sus partes? ¿Por qué me mantengo cerca de unas actividades que minan mi moral y mi salud, y dejan mi salud mental en ocasiones bajo mínimos? No gano dinero, no tengo beneficio alguno aparente, y simplemente invierto tiempo que no es retribuido de vuelta. Una web que no atrae la suficiente atención como para siquiera hacer llegar mis opiniones a mucha gente, y que en mas de una ocasión me recuerda errores del pasado. ¿Por qué?

Porque al final del día, me lo paso de puta madre.

No soy periodista, ni pretendo serlo. Ni siquiera soy profesional, valgame el señor. Solo soy alguien al que le encanta el mundillo, al que los videojuegos le han dado mucho, y que me gusta expresarlo como me viene en gana. Y desde 2010 he podido ir conociendo gente con la que me llevo genial y comparto las mismas ideas e inquietudes sobre el mismo (algunos incluso desde mucho antes). Alguien que encontró la oportunidad de poder expresarse de una manera y con unos medios que he tenido suerte de tener, y junto a un grupo de gente que puedo llamar, sin ningun tipo de reserva, amigos. Son ellos uno de los motivos por los que merece la pena seguir con esto adelante. Y no son el unico.

El no ganar dinero, el no ver beneficio aparente, es uno de los grandes beneficios que tengo, y tenemos. Puedo ser zafio, cutre, chabacanos, e incluso basto, que no tengo las mismas responsabilidades que otros. Simplemente no soy irrespetuosos con quien no hay que serlo. Y eso es una libertad que muy pocos tienen, sea por miedo a la critica, o porque hay un trabajo con el que cumplir. Y la forma con la que me gusta expresarme se aprovecha de ello muchisimo. Porque para mi esto sigue siendo como hablar con los colegas de videojuegos, y me lo pienso seguir tomando como tal. Y es absolutamente necesario que lo haga. Puede que no escriba mucho, pero me divierto enormemente cuando lo hago. Y soltar eso al mundo, sin presión y sin tener que darle explicaciones a nadie, eso el dinero no lo puede pagar. Los medios profesionales, gusten o no, son necesarios. Cubren una cuota de mercado con unas formas que son necesarias para informar de manera general. Nunca he querido pensar ni pretender que soy (o somos) mejor que ellos en absolutamente nada. Y es que ni siquiera soy especial, porque como yo, hay millones de personas expresando su opinión en sus blogs, proyectos, y redes sociales. Soy un minúsculo cagarro de protozoo en el vasto espacio del hobby, con la misma importancia que una ameba coja en el ecosistema global. De hecho, entre los compañeros de la web hay personas que tienen muchísimas ideas mejores que las mías, escriben mil veces mejor, y me partirían la espalda en un partido de rugby (esto es verdad). Pero nada de eso disminuye un ápice lo bien que me lo acabo pasando con todo ello.

Incluso ahora mismo, escribiendo estas líneas, me cuesta definir mas allá de lo escrito por qué me lo paso tan bien. Por qué con tantos altibajos, malas experiencias, malos rollos, y toda la purria que comenté hace unos párrafos, me sigue gustando dedicarme a esto. Y eso que me siento todos los días en conflicto cuando veo, por ejemplo, que la gente se rinde ciegamente a los exabruptos de un aparcadero de piojos que se cree que tiene razón en algo de lo que defeca a diario por la boca, o tienen la idea de que el que intenta expresarse mediante una web o un proyecto similar solo busca juegos gratis, favores, y vivir sin dar palo al agua. Pero como ha quedado demostrado gracias a la simple existencia de redes sociales y libertad de expresión, gilipollas hay en todos lados, y te van a poner a parir aunque hayas encontrado la cura del cáncer. Así que para que preocuparme realmente, si al final es divertirse y opinar y hacer lo que me venga en gana, porque van a hablar igual.

“Aquí, escribiendo lo que me importa tu opinión” | ©Andrea Piacquadio. Pexels

El escribir y hablar sobre videojuegos me ha servido también para indagar mas en ellos mas allá del simple hecho de jugar. Saber todo lo que hay detras, como funcionan, los procesos de desarrollos, los motores, la inspiración que hace que existan, su historia… Es adictivo. Es la guinda de ser aficionado a los videojuegos. Motiva a seguir aprendiendo todos los días sobre ellos. Uno, ya solo como jugador, los disfruta enormemente. Pero ya cuando añades todo eso, es una enorme experiencia. Mas aun cuando ves que no eres el único que lo vive así, y tienes un grupo de amigos con el que compartirlo. ¿Como no voy a seguir queriendo dedicarme a esto, con toda la vida que me da, y todo lo que me permite disfrutar haciendolo?.

Mientras pueda seguir escribiendo, mientras pueda seguir hablando, mientras pueda seguir expresándome, voy a seguir haciendo esto, de una manera u otra. Si esta web deja de existir algún día, pues me abriré un blog y seguiré escribiendo cuando me nazca. Si el podcast acaba, empezaré otro de otra manera. Me sigo dedicando a esto porque me divierto. No voy a vivir de ello, pero me da igual. Porque me lo paso de puta madre. Porque me relaja. Porque me da la vida. Y lo pienso seguir haciendo todo el tiempo que haga falta.