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Monetizando la nostalgia

Una guía de compra para máquinas retro-modernas

 

C

omo aficionado a la retroinformática no me gusta demasiado el abuso que se hace del concepto de “nostalgia”. No echo de menos épocas pasadas, ni creo que todo lo que se hacía en otro tiempo fuera mejor, y sin embargo soy capaz de disfrutar de un videojuego antiguo igual que de una película de Hitchcock, una sonata de Debbusy o un cuadro de El Bosco.

Pero es indudable que, para lo bueno y para lo malo, vivimos un gran auge de “lo retro” a nivel global y una tendencia de ese tipo nunca pasa desapercibida como oportunidad de negocio.

Al calor de esta nueva moda han aparecido multitud de productos que nos ofrecen la posibilidad de revisitar esos ordenadores y consolas de otras épocas. Algunos de estos aparatos son creaciones amateurs, fruto del entusiasmo de algunos aficionados, y otros vienen directamente de las empresas que tienen los derechos de esos equipos, o que los han licenciado; algunos buscan al fan especializado y otros pretenden alcanzar al público general.

En todo caso, como potenciales compradores, hay varios parámetros que debemos valorar antes de plantearnos comprar: fidelidad, calidad de construcción, facilidad de uso, inclusión de software y, por supuesto, el precio.

Pero rara vez comprar algo es tan sencillo. A menudo cuando tras mucho meditar ya tenemos la decisión de compra tomada surge alguno de esos “amigos” con la temida frase: “Eso mismo lo puedes conseguir mejor y más barato con...”

Si tienes dudas sobre lo que te conviene comprar ante tanta oferta y necesitas razones de peso para contestar a ese “amigo” este artículo es para ti, sin pretender convencerte de lo que es mejor. Sólo para que puedas tomar la decisión por ti mismo.

La opción base

Antes de plantearse un gasto de este tipo es importante saber que existe una opción barata y accesible a la que llamaré la opción base. Y es que hay que tener en cuenta que a día de hoy cualquier PC es capaz de emular máquinas de 8 o 16 bits sin ningún tipo de problema, y si tenemos un ordenador potente podemos llegar a reproducir sistemas prácticamente actuales.

EmuladorES

Un emulador es un programa que permite ejecutar software de un sistema en otro distinto, intentando que se comporte exactamente de la misma forma que la máquina original, o al menos de la manera más parecida posible.

Para poder realizar esta emulación, la máquina donde se ejecuta el programa debe ser mucho más potente que el sistema emulado.

La mayor parte de nosotros tiene en casa un PC, ya sea de sobremesa o portátil, y existen multitud de emuladores gratuitos para la mayoría de los sistemas. Incluso hay algunos que se pueden disfrutar online desde nuestro navegador simplemente accediendo a su página web ‒por ejemplo el JS Speccy que emula el ZX Spectrum o el Miracle, que hace lo mismo con la Sega Master System‒.

Se pueden conseguir mandos de imitación como este de SuperNES por menos de 5€

Se pueden conseguir mandos de imitación como este de SuperNES por menos de 5€

Si nuestro objetivo es jugar, en la mayoría de las ocasiones sólo nos faltaría un mando o gamepad para poder disfrutar totalmente con el PC. Aparte de los típicos USB, en Internet se venden a precios muy baratos imitaciones de muchos mandos clásicos.

Un problema típico de esta solución es que muchas veces no tenemos un PC cerca del televisor de nuestras casas, que es donde la mayoría querrían utilizarlo. En este caso la opción más barata pasa por montar un miniordenador cerca de la televisión. Existe en la actualidad una gran variedad de miniordenadores, tanto con sistema operativo Windows como Linux o Android.

La minúscula Raspberry Pi 3 es un ordenador completo que no sobrepasa los 9 centímetros de largo por 6 de ancho

La minúscula Raspberry Pi 3 es un ordenador completo que no sobrepasa los 9 centímetros de largo por 6 de ancho

Uno de los más conocidos y baratos es la Raspberry Pi, que en estos momentos se puede conseguir por unos 45€, a lo que debemos añadir el precio de algunos componentes -carcasa, tarjeta microSD y algunos cables-. En total por unos 70€ podemos tener ese ordenador al lado de nuestra televisión con un emulador de múltiples sistemas como Retropie. Si contamos que al mismo tiempo la Raspberry nos puede hacer de centro multimedia para películas, series y música la inversión merece mucho la pena.

Si lo que estamos buscando es una máquina portátil con pantalla incorporada nuestra opción base podría ser perfectamente una Sony PSP. La vieja portátil de Sony se consigue hoy en día de segunda mano muy fácilmente por unos 40€, más el precio de una tarjeta microSD y un barato adaptador de microSD a Memory Stick.

Es tremendamente fácil instalarle emuladores, tiene una buena pantalla, magníficos controles y una batería duradera. Además se pueden conseguir de segunda mano recopilaciones de juegos arcade y de varias consolas como la Mega Drive.

Así que ya lo tenemos claro: estas son nuestras opciones base. Si algún aparato quiere captar nuestra atención va a tener que mejorar en algún aspecto lo que nos dan y… no lo van a tener fácil.

 

Fidelidad

El primer punto que valorar de una máquina retromoderna es la fidelidad con el hardware original. Sin embargo, aunque todos queremos que la imitación sea lo mejor posible, no todos los usuarios tienen el mismo nivel de exigencia.

La Neo Geo X es un ejemplo de cómo una mala emulación puede estropear un aparato prometedor

La Neo Geo X es un ejemplo de cómo una mala emulación puede estropear un aparato prometedor

Casi siempre la emulación actual muestra una imagen bastante fiel de las máquinas, aunque nunca exactamente igual, ya que no deja de ser la conversión en un programa informático del funcionamiento de un aparato electrónico. En el programa, las instrucciones se ejecutan una después de otra, en cambio, en la placa electrónica de una máquina ocurren muchas cosas al mismo tiempo.

Es complicado conseguir una emulación tan precisa que represente exactamente lo mismo que la máquina original en cada momento. Es lo que llamaríamos una emulación “pixel perfect”.

No obstante, especialmente en las máquinas de 8 y 16 bits, se ha llegado a un nivel de calidad de los emuladores tan alto que muchas veces es difícil notar diferencias a simple vista.

La NASA fue un clon de la Nintendo NES de gran éxito debido a su precio

La NASA fue un clon de la Nintendo NES de gran éxito debido a su precio

Para el público más purista, que quiere algo más que un emulador, existen los clones: máquinas que física y electrónicamente se comportan igual que las originales, bien porque se han copiado los circuitos y chips o porque los han sustituido por otros que se comportan de forma idéntica.

En el pasado era bastante común encontrar clones “piratas” de consolas originales como la Nintendo NES o la Sega Megadrive, o de múltiples ordenadores.

En la actualidad está apareciendo un tipo de clon más avanzado que está basado en chips modernos llamados FPGA (Field Programmable Gate Array). Estos chips cambian su comportamiento en función de la descripción de un circuito que se puede modificar de forma más o menos sencilla. Así que la FPGA puede funcionar como clon de un ZX Spectrum y un rato después reprogramarla para funcionar como una Master System.

Es importante entender que las FPGA no tienen nada que ver con la emulación sino que el chip a nivel interno es capaz de cambiar su esquema electrónico para funcionar de forma diferente.

equipos pequeños, grandes resultados

En la foto podemos ver tres ejemplos de artículos creados por grupos de trabajo de muy pocas personas, que han tenido el empuje suficiente para poner su producto a la venta.

El primero se llama Turbo Chameleon 64 y presume de ser un clon FPGA del exitoso ordenador Commodore 64, permitiendo salida VGA, teclado PS2 y lectura y escritura a través de tarjeta SD como si fuera el propio disco del ordenador. Además permite instalar otros muchos sistemas ‒en la terminología de las FPGA se denominan “cores“‒, ordenadores como MSX y Commodore Amiga, o consolas como la Atari 2600.

El segundo, llamado ZX-Uno, es un clon FPGA de reciente aparición del ordenador ZX Spectrum, que fue el más vendido en España durante la década de los ochenta. El desarrollo lo ha realizado un equipo eminentemente español, intentando mantener un precio contenido y permitiendo gran flexibilidad de opciones al usuario. Aparte de todo tipo de conexiones, cuenta con un puerto de expansión donde en el futuro se le podrán acoplar periféricos originales del propio Spectrum. Al igual que el Chameleon, este equipo permite cambiar el “core” de Spectrum por otros como los ordenadores Sam Coupe o Jupiter Ace, y consolas como la Sega Master System o Nintendo NES.

El tercero es uno de los modelos del proyecto ARMIGA desarrollado en Canarias. Se trata de una emulación del Commodore Amiga 500, con salida HDMI y que puede extraer la información de una tarjeta SD o bien leyendo los discos originales desde la propia disquetera de 3,5 pulgadas.

Sin embargo los chips FPGA siguen siendo caros, aunque menos que hace unos años. Por ese motivo las empresas prefieren tirar de emulación para hacer equipos más competitivos en precio.

En cambio cada vez aparecen más proyectos en FPGA de pequeño y mediano tamaño dirigidos a un público más especializado.

Aunque aún no se conocen todos los detalles del hardware que mueve a la Nintendo Classic Mini NES se especula que incorporará el mismo emulador que ya utilizan las consolas de Nintendo para los juegos de la Eshop.

Aunque aún no se conocen todos los detalles del hardware que mueve a la Nintendo Classic Mini NES se especula que incorporará el mismo emulador que ya utilizan las consolas de Nintendo para los juegos de la Eshop.

Y ojo, normalmente es preferible una buena emulación a un mal clon.

 

Calidad de construcción

Aunque la opción base que vimos es muy potente, debemos reconocer que no tiene un feeling similar a las máquinas originales. Nuestro PC no parece una Super NES o una Turbo Grafx y la Raspberry Pi, una vez tiene enchufados todos los cables, parece un pequeño cerebro en la consulta de un neurocirujano psicópata.

Raspberry Pi al desnudo

Raspberry Pi al desnudo

La experiencia es distinta cuando nuestro aparato se parece al original, está construido con buenos materiales y resulta cómodo de enchufar y utilizar.

Hay que tener también muy presentes las conexiones que vienen de fábrica: si se puede conectar a la televisión o monitor a través de HDMI o VGA, si trae salida para auriculares, posibilidad de añadir mandos extra ‒incluso los de la máquina original‒ o si permite tarjetas de memoria.

La Super Retro Trio utiliza cartuchos originales de NES, SuperNES y Megadrive, así como sus mandos originales y además trae dos mandos inalámbricos. Lástima que la emulación de las máquinas no sea perfecta.

La Super Retro Trio utiliza cartuchos originales de NES, SuperNES y Megadrive, así como sus mandos originales y además trae dos mandos inalámbricos. Lástima que la emulación de las máquinas no sea perfecta.

Si hablamos de máquinas portátiles es importante conocer la calidad de la pantalla, de los controles y si es posible conectar la portátil a nuestro televisor.

Atraído por el éxito de Nintendo y con la excusa del 25 Aniversario se han relanzado las versiones licenciadas de la Sega Mega Drive, una portátil y otra de sobremesa. Desgraciadamente ambas tienen una calidad de contrucción y de emulación realmente mala. Al menos cuenta con tarjeta de memoria para ampliar el catálogo.

Atraído por el éxito de Nintendo y con la excusa del 25 Aniversario se han relanzado las versiones licenciadas de la Sega Mega Drive, una portátil y otra de sobremesa. Desgraciadamente ambas tienen una calidad de contrucción y de emulación realmente mala. Al menos cuenta con tarjeta de memoria para ampliar el catálogo.

Facilidad de uso

Si somos justos, las opciones básicas tampoco son precisamente las más sencillas. Hay emuladores bastante amigables con los usuarios pero normalmente tendremos que instalar el programa y configurarlo de cierta manera para que funcione a nuestro gusto. Cuando emulamos consolas necesitamos dedicar cierto esfuerzo para conseguir que los controles funcionen como queremos, y con los ordenadores existen opciones de configuración para periféricos.

En general, cuantas más opciones tenemos disponibles más complicado resulta utilizar el aparato. El caso extremo son los clones con FPGA, que precisan de ciertos conocimientos para poder alternar y utilizar los distintos sistemas albergados.

El Spectrum Vega es el ejemplo perfecto de máquina para enchufar y jugar. Sin embargo si queremos usar un juego externo hay que pasar el trago de configurar los controles desde un PC.

El Spectrum Vega es el ejemplo perfecto de máquina para enchufar y jugar. Sin embargo si queremos usar un juego externo hay que pasar el trago de configurar los controles desde un PC.

En el caso contrario tenemos los sistemas que vienen preparados para enchufar y jugar directamente, sin ocuparse de nada más. Normalmente no permiten modificar muchas opciones aunque si empezamos a utilizarlos de forma más continua es posible que se nos queden cortos en algún aspecto.

Pero si nuestra intención es echar una partida de vez en cuando sin preocuparnos por mucho tecnicismo este tipo de aparatos son muy agradecidos.

 

Inclusión de software

Cuando hablamos de nuestro sistema básico dejamos deliberadamente en el aire un tema importante: el software.

Podemos emular un ordenador como el Amstrad CPC y juguetear un rato con el Basic, pero probablemente en seguida queramos ejecutar programas antiguos o modernos. Si hablamos de consolas es un tema aún más importante, ya que en muchas ocasiones sin insertar un juego no llegamos ni a ver un mensaje en pantalla.

Sin software poco hacemos.

Existen páginas web donde descargar legalmente programas para algunos equipos, especialmente ordenadores (por ejemplo World of Spectrum o CPC-Wiki). Muchas empresas han permitido la distribución de su software antiguo, pero aún así ir descargando programas sueltos no deja de ser un trabajo lento.

La serie Atari Flashback emula la Atari 2600 y trae unos 60 juegos en la portátil, 101 en la de sobremesa y un 'slot' para tarjeta SD. Se parecen tanto a las Sega 25 Aniv. porque su licenciador es la misma empresa AtGames.

La serie Atari Flashback emula la Atari 2600 y trae unos 60 juegos en la portátil, 101 en la de sobremesa y un 'slot' para tarjeta SD. Se parecen tanto a las Sega 25 Aniv. porque su licenciador es la misma empresa AtGames.

En el campo de las consolas la situación es aún peor. Los juegos vienen siempre protegidos por la licencia de la compañía y hay que buscarlos en lugares oscuros y complicados de internet, pese a lo cual tampoco resulta imposible hacerse con ellos.

Frente a este problema hay máquinas que traen incorporado un catálogo legal de programas: a veces simplemente software con licencias de libre distribución y otras porque han pagado las licencias o son suyas.

También debemos tener en cuenta si la máquina está cerrada con este catálogo o es posible ampliarlo, normalmente mediante la inclusión de una tarjeta de memoria.

Precio

Y llegamos al que probablemente sea el punto más difícil de evaluar.

Algunos desarrollos son baratos pero acordes a su escasa calidad, otros tienen un precio alto aunque ajustado, pero en muchos casos las empresas sí que se aprovechan de nuestra vena nostálgica para aumentar el precio de venta.

Somos más objetivos en el precio con otros artículos que compramos, pero normalmente estos aparatos son un capricho que nos hacemos y no nos importa demasiado si nos están colando un precio abultado, siempre que no sea desorbitado.

Quizás no pagaríamos 1000€ por un ordenador que sabemos que cuesta 600€, pero no nos importa tanto pagar 60€ por un aparato que debería costar 40€, si trae el logo oficial de Nintendo y por fuera parece una bonita NES de juguete.

Así que el precio es importante, pero también es subjetivo.

 

Valoraciones finales

Espero que, llegados a este punto, tengamos más argumentos que al principio para realizar o no una compra. No he querido personalizar demasiado sobre máquinas en particular porque la variedad de sistemas a nuestro alcance es gigantesca.

Existen en el mercado multitud de consolas chinas con Android que emulan de todo. Existen portátiles emuladoras clásicas como la Wiz, Canoo o GP32 que se pueden conseguir aún de segunda mano. Existen portátiles más modernas como la GPD XD o las Nintendo GBA, DS o 3DS que con la tarjeta adecuada hacen el mismo trabajo. Existen todo tipo de consolas de sobremesa que usan nuestros antiguos cartuchos como la Super Retro Trio, la Retron 5 o la Retro Freak ‒que admite cartuchos de 9 sistemas diferentes y de la que ya hablamos anteriormente‒. Existen versiones plug and play de Commodore 64 o Intellivision, existen mini cabinets arcade que permiten jugar con una tablet que tengamos por casa, existen FPGA y clones,

Existen, en definitiva, mil opciones para elegir.

Así que lo más importante es que nos informemos bien de las características del aparato, incluyendo opiniones de los usuarios y, sobre todo, que decidamos en función del uso que le vamos a dar, siendo un poco sinceros con nosotros mismos. Por muy fan que seamos de nuestro Commodore Amiga, si sólo queremos echarnos una partidas rápidas,  un sistema con FPGA terminará guardado en un cajón al poco tiempo. De igual forma, si lo que queremos es probar muchos juegos distintos, la NES oficial de Nintendo que sólo trae 30 nos durará en el salón un asalto, por muy bonita que sea.

Buena compra.

 

Fe de erratas: En una versión anterior del artículo se comentaba que el proyecto ARMIGA estaba basado en un chip FPGA cuando  realmente es una emulación del sistema Amiga. Gracias al lector que nos ha indicado el error.