Análisis

Inside: La vida no es la realidad

Todo está en tu cabeza

Solo la muerte te puede liberar del paso incontrolable de la vida. No tenemos ningún tipo de control sobre nuestros actos y no somos más que marionetas de una gran realidad que necesita que actuemos en su beneficio. Con pocas palabras, pero un gran poder audiovisual, eso es lo que nos quiere contar Inside

Un mundo roto al que adentrarse desde el punto de vista de la inocencia de un niño, vuelve a ser en esta ocasión el fúnebre entorno al que nos traslada una vez más Playdead. La compañía que ya hiciera añicos nuestros patrones mentales alertándonos de que no hay nada después de la muerte, en esta ocasión nos recuerda que la vida no es más que una serie de sucesos que nos llevará inequívocamente a ese único desenlace. 

En un mundo lúgubre, lleno de peligros, pero aún con la esperanza de la emoción de estar vivos, Playdead nos cuenta la historia de un niño tiene que tratar de huir continuamente porque alguien o algo le quiere ver muerto. El pequeño tiene que luchar y ser muy astuto para sobrevivir en un mundo terrorífico en el que los humanos ya no tienen el control sobre ellos mismos, en el que un ser superior los quiere usar para sus propios y egoístas planes, en el que no existe la esperanza y en el que, por cada paso en falso, estará muerto. 

Cuidado, vas a morir

Inside recuerda mucho a su sucesor. Es un juego en el que solo sirve la intuición (como otros similares que se basan en la resolución de puzles) pero lo curioso es que Inside te obliga a equivocarte primero para resarcir esas malas decisiones después. Es fundamental errar en nuestras decisiones para entender la dimensión de la situación a la que se enfrenta nuestro protagonista. Por eso, una de las características más importantes de este título de terror es la tensión a la que nos somete. 

La clave está en la música y los traqueteos del espacio vacío a nuestro alrededor, pues es con ellos con los que Playdead consigue crear el ambiente adecuado, en el momento pertinente para mantener al jugador angustiado, un poco más sereno o directamente desquiciado (en mi caso muchas veces). Es una manera sutil, capciosa y completamente retorcida de mantener nuestro cuerpo y la mente en el mismo lugar que las de nuestro protagonista, provocando una simbiosis con el personaje que pocas veces recuerdo haber sentido. 

Ayuda en todo momento saber que es difícil atascarse en el juego. Porque los puzles, lejos de ser sencillos, se pueden resolver con algo de rapidez. Eso sí, en algunas ocasiones requerirá de una picaresca extra por parte del jugador, pues hay algunas resoluciones muy enrevesadas. Pero esto solo se convierte en un aliciente, una especie de droga, que nos hace seguir jugando sin parar. Especialmente para buscar respuestas a todas las dudas que surgen a medida que vamos indagando más en el juego. 

Un Limbo mucho más real

La perfección diría que es el leit motiv de este segundo tenebroso título de Playdead. Me atrevo a decir que cuando diseñaron Limbo el mensaje quedó claro, pero la construcción de los escenarios y los personajes se encontraban más cerca de la caricatura que del realismo, lo que no permitía al jugador poder empatizar tanto con el protagonista. Y es en este aspecto donde gana Inside, ya que nos presenta un diseño de personajes aún simplista, pero con mucho más detalle que, junto a los escenarios en 3D y una BSO magistral, permite al jugador sentir, temer y emocionarse ante las mismas situaciones a las que se enfrenta el pequeño protagonista. 

Huelga decir que, además, cada pincelada del lienzo de este trabajo tiene significado.  En el escenario no hay nada colocado “porque sí”. Todo tiene su razón de ser y de ahí que sea tan complicado poderse concentrar en completar el juego “bien”. Aunque que no vayamos a conseguir directamente el final alternativo es realmente con lo que está jugando Playdead. Porque es necesario entender la primera progresión del juego para poder llegar al final. El final real. 

En realidad nunca ibas a vivir

De verdad les digo que lo he pasado fatal jugando a Inside. Los juegos de terror no son lo mío, y mucho menos al nivel de tensión al que me ha llevado este. Pero ha valido la pena, solo por el viaje y la reflexión final: en realidad nunca vas a vivir de verdad. 

No es menos cierto que el escenario que nos presenta Playdead puede ser muy pesimista, pero tampoco está alejada de la realidad. Nos encontramos en un mundo en el que en la mayoría de los casos la economía mueve la mente de la sociedad. Vivimos por y para conseguir ciertos objetivos impuestos por una historia social y resulta que cuando nos intentamos salir de esos cánones previamente establecido nos señalan, nos juzgan y, en ocasiones, hasta nos purgan. 

Al final, cuando nuestro protagonista consigue llegar al final de su camino parece haber encontrado la libertad. Pero nos encontramos con que esa construcción no es la real. El final alternativo (el verdadero) por su parte, nos muestra que esa ansiada liberación de los cánones sociales establecidos es imposible, y que el único método por el que llegaremos a salir realmente de ese círculo vicioso será cuando nos encontremos a la parca. 

Inside no es otra cosa que poesía arropada por la programación.

Y para prueba de mi sufrimiento…

/veropaves – Twitch