La industria de los videojuegos ha buscado inspiración en Hollywood durante décadas, con resultados que van desde grandes éxitos hasta rotundos fracasos. Títulos como GoldenEye, The Warriors o The Thing lograron destacar, mientras que otros se quedaron en el olvido. Por eso, cuando Bethesda y MachineGames decidieron crear un videojuego basado en una de las sagas más queridas del cine —Indiana Jones— había razones para temer lo peor.
Sin embargo, Indiana Jones y el Gran Círculo no solo evita ser un desastre, sino que consigue brillar gracias a una decisión clave: en lugar de adaptar una película existente, el juego presenta una historia completamente nueva que amplía el universo de Indy.
Una aventura original situada en el auge de Indy
El juego se desarrolla en 1937, entre los acontecimientos de En busca del arca perdida e Indiana Jones y el templo maldito. Básicamente es como una nueva película del arqueólogo más famoso, pero con una duración mucho mayor que las dos horas habituales del cine, ofreciendo una experiencia más cercana a una serie épica.
Desde el principio el juego captura el espíritu de las películas. La secuencia inicial, que funciona como tutorial, es un guiño a las clásicas tumbas sudamericanas de Indy, pero rápidamente nos traslada a Marshall College en Connecticut, donde conocemos a personajes emblemáticos como Marcus Brody.
La trama comienza con un robo peculiar: una misteriosa figura gigante de casi tres metros se lleva una momia de gato del campus. Este evento lleva a Indy a seguir pistas hasta lugares como El Vaticano, Gizeh y Sukhothai en el antiguo Siam, en una aventura que mezcla intriga, acción y resolución de acertijos.
Sigilo, puzles y combates: el ADN del juego
El gameplay combina elementos de sigilo, combate cuerpo a cuerpo y resolución de acertijos. En el Vaticano, por ejemplo, Indy se infiltra en un entorno lleno de soldados fascistas utilizando un disfraz de sacerdote, aunque debe evitar a los oficiales más experimentados que pueden descubrirlo.
El juego premia la exploración y la creatividad. Por ejemplo, una cámara fotográfica no solo sirve para tomar imágenes interesantes (que otorgan puntos de aventura), sino también para encontrar pistas que ayudan a resolver acertijos, los cuales son variados y constantemente desafiantes.
Aunque Indy puede usar su icónico revólver, el juego prioriza el sigilo y el combate cuerpo a cuerpo. Un sistema de lucha avanzado permite esquivar, bloquear y realizar golpes especiales, mientras que el látigo se convierte en una herramienta multifacética: sirve para desarmar enemigos, realizar derribos o incluso resolver puzles avanzados.

Exploración y diseño cinematográfico
El diseño de niveles es uno de los puntos más destacados del juego. Cada área central está repleta de misiones secundarias que amplían la narrativa y recompensan con mejoras únicas. Desde trepar paredes al estilo Tomb Raider hasta usar lanzas para superar obstáculos, cada nivel ofrece desafíos únicos que aprovechan al máximo el motor gráfico idTech 7, conocido por su rendimiento fluido y su enfoque cinematográfico.
El cambio entre primera y tercera persona es otro detalle que mejora la inmersión. Por ejemplo, durante secuencias estrechas o al borde de precipicios, la cámara cambia automáticamente para ofrecer una perspectiva más dinámica. Las transiciones entre cinemáticas y gameplay son tan fluidas que el jugador se siente como el protagonista de su propia película.
Historia y personajes memorables

La narrativa es otro punto fuerte del juego. Indy no está solo en esta aventura; se une a él Gina Lombardi, una periodista de investigación italiana cuya relación con el protagonista evoluciona de manera natural y convincente.
Los villanos también están cuidadosamente elaborados. Desde el arqueólogo nazi Emmerich Voss hasta su compañero, el despiadado Gantz, los antagonistas tienen más profundidad que muchos de los enemigos vistos en las películas.
Por supuesto, no faltan los guiños clásicos, como serpientes, escorpiones y situaciones al borde del abismo que definen el carácter aventurero de la franquicia.
Un tributo digno del legado de Indiana Jones
En su conjunto, Indiana Jones y el Gran Círculo es más que un homenaje; es una expansión del universo del personaje que respeta y enriquece su legado. Tanto los valores de producción como la jugabilidad hacen justicia al arqueólogo más famoso del cine, y su mezcla de acción, puzles y narrativa asegura que los fans encontrarán en este juego una experiencia memorable.
¿Listo para convertirte en Indy y escribir tu propia historia? Este título no solo es una carta de amor a las películas, sino un testimonio de lo que un videojuego puede lograr cuando combina creatividad, tecnología y respeto por su fuente de inspiración.