Análisis

Analisis Animal Crossing New Horizons

Vivimos en una nabocracia

Odio Animal Crossing New Horizons.

Es que vamos a ver. Uno es una persona muy asocial y muy hogareño. Detesto tanto el ser productivo como el relacionarme con gente o el simple hecho de hacer cosas. ¿Responsabilidades? Cuanto mas lejos mejor. Obligaciones las justas. De hecho, incluso estoy escribiendo este análisis con una desgana y una apatía que no se puede describir. A mi dejadme en mi cama, cuanto mas tiempo mejor. Por eso odio Animal Crossing. Porque me obliga a hacer todo lo que no me gusta en la vida. Me obliga a prestarle una atención constante para poder avanzar unos mínimos en el contenido que te ofrece. Que realmente ni te obliga a ello, y al final en el fondo es no hacer nada continuamente. Pero ahí esta, como una presencia constante que se pone sobre tus hombros y te recuerda todo el rato lo inútil que eres a no ser que le hagas caso.

Tengo un gato. Dejando de lado que pasa de mi culo constantemente, tener un gato es como jugar a Animal Crossing. Todos los dias tienes que estar pendiente de él, hacerle mimos, darle de comer, darle de beber, limpiarle la arena y cambiarla, cepillarlo, etc… Y hagas o no hagas nada de eso, el gato siempre te va a mirar de manera acusatoria, clavándome todos los puñales que puede porque, para él, nunca estarás a la altura y nunca harás nada a su gusto. En ese sentido, la única diferencia entre un gato y el juego, es que al menos el juego no te va a enseñar el ano continuamente. De resto, te hará sentir igual de culpable todo el tiempo.

Soy una persona negativa. Mis tendencias pesimistas son constantes. No puedo con el positivismo incondicional y continuo. Y eso en Animal Crossing lo vas a encontrar de forma permanente. Porque en ese mundo, todos son felices, y todo es perfecto. Puedes fallar en algo, y te dirán que no pasa nada, que mañana será otro día. Y eso me enerva a niveles que no puedo cuantificar. Ahi falta odio. Falta mala sangre. Que son animales, joder. Tienen que destriparse entre ellos a la mínima, como mandan las leyes de la naturaleza. Pero no. Uno puede hacer enfadar a otro porque ha perdido en un juego, y el otro no sólo pedirá disculpas por ello, sino que dejará de jugar para siempre a ese juego con tal de que el otro sea feliz y esté tranquilo. Cuando lo mas lógico es partirle la boca y hacerle tragar los dientes. Pero no. Todo es felicidad.

En serio. Odio Animal Crossing New Horizons. Lo odio mucho.

Y lo que mas odio es que me encanta el juego.

Porque justamente, todo lo que he contado hasta ahora que tiene de malo, es lo positivo que tiene. Es otro mundo. Es otra forma de llevar las cosas. Es el lugar perfecto donde estar cuando la dureza y pesadumbre del día a día te llega a superar. Puedes tener a mano mil experiencias diferentes y variadas que elegir, que no tendrás otra mas relajante y adictiva que irte un par de horas a tu isla, y simplemente estar allí. Tus vecinos siempre te darán los buenos dias, te darán regalos, charlaran contigo… Y siempre con una sonrisa. Tu casa está siempre como quieres que esté. Nadie te presiona para nada. Incluso las tareas que te encargan te dejan que las tomes a tu manera, con tu tiempo. Y todo eso te hace querer volver.

Y todo eso a pesar de que New Horizons sigue teniendo los problemas que siempre le he visto a la franquicia. Todo lleva un ritmo sosegado. Varios objetivos y tareas se alargan mucho en el tiempo por la forma en que esta programado que todo ocurra. Cosas que a veces deberían poderse hacer varias a la vez, sólo puedes hacer una por día, o hasta que tengas bayas. Y aun asi no molesta mucho. Incluso diría que en esta ocasión es aún menos, porque el título de Switch es el juego de la franquicia donde mas fácil es conseguir bayas comparado con otros de la saga.

©Clayton Chod (@lungjaw)

Mi experiencia previa con Animal Crossing está mas centrada en Let’s Go To The City, el título que en su día salió para Wii. Una experiencia igual de entretenida y relajante como la de New Horizons, pero en el que a su vez hay mas cosas que hacer de entrada que en este ultimo, mientras que otras son mas complicadas. Soy una persona nocturna, y muchas veces me veía jugando mucho mas tiempo de noche que de día. Y no había mucho que hacer de noche en Let’s Go To The City. Sin embargo, en New Horizons las noches son igual de entretenidas que el día. Es cierto que las tiendas tambien cierran, pero eso no limita lo que puedas hacer por la noche, y es algo que me ha encantado. Como se maneja ahora el inventario, y el tener un trastero en la casa, facilita mucho las cosas.

Las millas (la nueva moneda del juego) añaden otra dimensión, al añadir unas tareas específicas continuas para poder adquirirlas. Siempre tienes algo que hacer si no se te ocurre como seguir, y aparte de que son necesarias para poder avanzar en el juego, te añaden la posibilidad de conseguir un boleto de millas con el que ir a visitar otras pequeñas islas desiertas aleatorias. Algo esencial no solo para conseguir mas vecinos para tu isla, sino para seguir recolectando recursos con los que seguir avanzando en el juego.

El crafteo era algo necesario que tenia que llegar en algún momento al juego de la forma que lo ha hecho. Es cierto que ahora mismo conseguir los planos para muchas cosas no es tan rápido y cómodo como debería, pero siempre puedes conseguirlos de varias maneras, y tienes siempre algo que fabricar sea para seguir trabajando y recolectando, o para adornar tu casa o la isla. Porque ahora podemos decorar la isla con todos los objetos que vayamos encontrando y fabricando, e incluso llegado a un punto del juego, podremos cambiarla a nuestro gusto, modificando el terreno. Ese punto el juego en el que logras la licencia de obras para empezar a terraformar todo, ese es el punto donde toda la experiencia cambia, porque ya no es solo un juego de vivir la vida, sino de construcción.

Aun con todo, tiene carencias. Y algunas importantes. El modo multijugador local no es lo que debería ser, al tener los jugadores secundarios menos posibilidades de interactuar en la isla. Solo el jugador inicial en la consola es el portavoz vecinal, mientras que el resto son vecinos rasos. Y eso limita la experiencia. Igual pasa en el multijugador online, que cuando tienes jugadores en tu isla, no podéis fabricar o decorar a la vez, lo cual es una oportunidad perdida. En cuanto a tiendas y opciones, en comparación con otros títulos de la saga hay menos cosas que hacer inicialmente. Pero por lo que se puede ver con las últimas actualizaciones, está claro que la idea de Nintendo es ofrecer una base sólida, e irla ampliando con el tiempo, algo que ahora es viable en Switch con diferencia de las anteriores plataformas. No será de extrañar que eventualmente, aparte de estas actualizaciones, salgan uno o dos DLCs importantes que amplíen aún mas lo que se puede hacer en el juego.

Y es que Animal Crossing New Horizons aun con sus problemas es maravilloso. No puedes simplemente echar un ratito y mas. Siempre encuentras algo con lo que seguir ahí dentro, pensando en que será lo siguiente que vas a hacer, o que oportunidad se te presentará en la isla para hacer algo mas. Si además tienes la suerte de tener un nutrido grupo de amigos a los que ir a visitar de vez en cuando, y que te vayan a visitar a ti, ten por seguro que vas a tener una experiencia muy agradable y divertida para mucho tiempo. Por que la vida en la isla es genial. La vida en compañía en las islas es genial. Todo en Animal Crossing New Horizons es genial…

Y por eso lo odio. Porque es genial, y me recuerda que la vida real no lo es.